¿En serio, Theoden?
¿Cuántas veces, leyendo los libros y viendo las películas, no habéis pensado «¿Pero cómo puede Theoden tener un consejero que se llama Grima, y al que todo el mundo llama «Lengua de Serpiente? Vale que estés senil, pero…»
Vale, intentemos ir por partes.
Es verdad que en castellano, la palabra «grima» tiene una connotación un tanto… en fin, negativa. Algo que te da grima, es algo que te da asco, que te causa repulsión, rechazo, etc. Y desde luego, el Grima que podemos ver en las películas no es que sea precisamente… agraciado, con lo que podemos pensar que está todo perfectamente cuadrado y pensado. Lo cual es curioso porque la palabra «grima» no existe como tal en inglés. Incluso se me ocurre pensar que Tolkien, perfecto conocedor del castellano gracias a su tutor, se la pusiera a propósito y con ese fin teniendo en mente la descripción del personaje. Pero también era perfecto conocedor de anglosajón, idioma del que derivaría el rohírrico, así que vamos a dejarlo en empate.
Dicho lo cual, hay que tener en cuenta precisamente el origen del personaje. Grima es un hombre de Rohan, y como tal, su nombre tiene raíces rohírricas (como en Grimbold, otro rohirrim, por ejemplo).
Y como hombre de Rohan lo reconoce Theoden, si lo recordáis, al principio de la película El Retorno del Rey. En el parlamento que sostienen Gandalf, Theoden y Saruman, hay un momento en el que Theoden ignora a Saruman para dirigirse directamente a Grima y decirle: Fuiste un Hombre de Rohan una vez, baja y serás perdonado.
Para mí, esto quiere decir que, efectivamente y valga la redundancia, que Grima fue un rohirrim más en su momento, y que si fue el consejero e mayor confianza de Theoden es porque se lo ganó por sus propios méritos. En definitiva, Grima era un buen consejero, al que se le encomendaban incluso misiones diplomáticas en las tierras vecinas, llegando incluso a ser emisario de Rohan en Isengard. Nadie llega a posiciones tan altas si no ha demostrado antes que realmente puede desempeñar esas funciones incluso mejor de lo que se espera de él.
Pero seguramente fue este el momento en el que el propio Grima cayó bajo el influjo de Saruman. Un Saruman que supo ver las debilidades del corazón del consejero real, retorciendo la mente y los deseos de Grima con los suyos propios, en un sutil trabajo de varios años, impulsando aun más la carrera de Grima a una distancia prudencial para que sirviera aun más fielmente a sus fines. Incluso podemos pensar que los asesinatos a los que Saruman se refiere, también en ese momento de la película, pudieran haber sido preparados por el propio Saruman a petición de Grima («Dime un nombre y al amanecer habrá dejado de ser una preocupación para ti…»), pero cargados igualmente a la cuenta de la conciencia de Grima.
A estas alturas, Grima ya era, para lo bueno y para lo malo, el mejor consejero de Theoden, y prácticamente el único, a excepción de sus familiares más directos. ¿Y cómo no vas a hacerle caso a tu mejor consejero? Y si Theoden lo tiene en tan buena estima y consideración, ¿Cómo tú, un simple cortesano o habitante de Edoras, vas a pensar mal de él? Al menos, claro está, hasta que con el paso del tiempo los consejos de Grima se van volviendo más y más «peculiares» hasta que, al final, es evidente para todo el mundo que algo raro está pasando ahí. Pero para entonces, Saruman ya ha conseguido lo que quería: que Theoden sólo lo escuchara a él a través de los labios de Grima. Es en ese momento, en los años inmediatamente anteriores a la Guerra del Anillo, cuando Grima se le empieza a conocer como «Lengua de Serpiente», pero eso es algo que es evidente para todos excepto para un Theoden aislado de todo el mundo, debilitado tanto física como mentalmente, y contra el que es mejor no decir nada en público en la corte del rey porque se sabe que quien contradiga a Grima, de un modo u otro, está condenado.
Así que sí, todos somos Theoden. Todos hacemos caso de nuestros consejeros, sean quienes sean. Y no, no es tan fácil ni tan evidente ver cuándo un consejero, en realidad, nos está traicionando. Pobre Theoden.
¿Cuántas veces, leyendo los libros y viendo las películas, no habéis pensado «¿Pero cómo puede Theoden tener un consejero que se llama Grima, y al que todo el mundo llama «Lengua de Serpiente? Vale que estés senil, pero…»
Vale, intentemos ir por partes.
Es verdad que en castellano, la palabra «grima» tiene una connotación un tanto… en fin, negativa. Algo que te da grima, es algo que te da asco, que te causa repulsión, rechazo, etc. Y desde luego, el Grima que podemos ver en las películas no es que sea precisamente… agraciado, con lo que podemos pensar que está todo perfectamente cuadrado y pensado. Lo cual es curioso porque la palabra «grima» no existe como tal en inglés. Incluso se me ocurre pensar que Tolkien, perfecto conocedor del castellano gracias a su tutor, se la pusiera a propósito y con ese fin teniendo en mente la descripción del personaje. Pero también era perfecto conocedor de anglosajón, idioma del que derivaría el rohírrico, así que vamos a dejarlo en empate.
Dicho lo cual, hay que tener en cuenta precisamente el origen del personaje. Grima es un hombre de Rohan, y como tal, su nombre tiene raíces rohírricas (como en Grimbold, otro rohirrim, por ejemplo).
Y como hombre de Rohan lo reconoce Theoden, si lo recordáis, al principio de la película El Retorno del Rey. En el parlamento que sostienen Gandalf, Theoden y Saruman, hay un momento en el que Theoden ignora a Saruman para dirigirse directamente a Grima y decirle: Fuiste un Hombre de Rohan una vez, baja y serás perdonado.
Para mí, esto quiere decir que, efectivamente y valga la redundancia, que Grima fue un rohirrim más en su momento, y que si fue el consejero e mayor confianza de Theoden es porque se lo ganó por sus propios méritos. En definitiva, Grima era un buen consejero, al que se le encomendaban incluso misiones diplomáticas en las tierras vecinas, llegando incluso a ser emisario de Rohan en Isengard. Nadie llega a posiciones tan altas si no ha demostrado antes que realmente puede desempeñar esas funciones incluso mejor de lo que se espera de él.
Pero seguramente fue este el momento en el que el propio Grima cayó bajo el influjo de Saruman. Un Saruman que supo ver las debilidades del corazón del consejero real, retorciendo la mente y los deseos de Grima con los suyos propios, en un sutil trabajo de varios años, impulsando aun más la carrera de Grima a una distancia prudencial para que sirviera aun más fielmente a sus fines. Incluso podemos pensar que los asesinatos a los que Saruman se refiere, también en ese momento de la película, pudieran haber sido preparados por el propio Saruman a petición de Grima («Dime un nombre y al amanecer habrá dejado de ser una preocupación para ti…»), pero cargados igualmente a la cuenta de la conciencia de Grima.
A estas alturas, Grima ya era, para lo bueno y para lo malo, el mejor consejero de Theoden, y prácticamente el único, a excepción de sus familiares más directos. ¿Y cómo no vas a hacerle caso a tu mejor consejero? Y si Theoden lo tiene en tan buena estima y consideración, ¿Cómo tú, un simple cortesano o habitante de Edoras, vas a pensar mal de él? Al menos, claro está, hasta que con el paso del tiempo los consejos de Grima se van volviendo más y más «peculiares» hasta que, al final, es evidente para todo el mundo que algo raro está pasando ahí. Pero para entonces, Saruman ya ha conseguido lo que quería: que Theoden sólo lo escuchara a él a través de los labios de Grima. Es en ese momento, en los años inmediatamente anteriores a la Guerra del Anillo, cuando Grima se le empieza a conocer como «Lengua de Serpiente», pero eso es algo que es evidente para todos excepto para un Theoden aislado de todo el mundo, debilitado tanto física como mentalmente, y contra el que es mejor no decir nada en público en la corte del rey porque se sabe que quien contradiga a Grima, de un modo u otro, está condenado.
Así que sí, todos somos Theoden. Todos hacemos caso de nuestros consejeros, sean quienes sean. Y no, no es tan fácil ni tan evidente ver cuándo un consejero, en realidad, nos está traicionando. Pobre Theoden.